Tineo, 18 enero 2009
E. PELÁEZ
«En 2016 no quedará producción láctea en Asturias». Éste es el negro pronóstico del ganadero tinetense Francisco Javier Rodríguez Blanco sobre el futuro de las explotaciones de leche en la región. No es una opinión aislada dentro del concejo que lidera la producción lechera en España y al que un informe elaborado por la Comisión Europea no considera zona favorable para esta actividad.
La mayor parte de los ganaderos consultados por LA NUEVA ESPAÑA no comparten las conclusiones del estudio europeo, pero sí las dificultades que atraviesa el sector y aquellas que le esperan tras la desaparición del actual sistema de cuotas lácteas.
«El análisis no tiene ni pies ni cabeza respecto a Asturias y al resto del país», afirma Rodríguez, quien añade que los ganaderos españoles «están asombrados de que se haga público un informe de este tipo. Que Noreña sea zona favorable y Tineo no, es una aberración, es un desconocimiento absoluto de la realidad». El empresario es propietario de una explotación de doscientas cabezas de ganado en Bárcena del Monasterio. Su postura es compartida por José María Fernández Fernández, de Vallamonte, que resalta que Tineo conserva aún alrededor de 450 explotaciones ganaderas de producción de leche.
Sin embargo, José Álvarez Fernández, de Ganadería Porcilo de la localidad de Anzas, no opina lo mismo. Considera que las explotaciones no disponen de la extensión suficiente, por culpa en algunos casos de la orografía, y por eso no son consideradas zonas «favorables». Sí coinciden, en cambio, todos los consultados en el callejón sin salida hacia el que camina, a su juicio, el sector en Tineo y por extensión en Asturias.
Y es que este concejo suroccidental con sus 120.000 toneladas de leche al año tira de la producción láctea asturiana, de alrededor de 600.000 litros anuales.
«Hay ganaderías que se están planteando el cierre porque estamos por debajo de los costes de producción y cuanto más tiempo esté abierta la explotación más perderemos», comenta José Álvarez, que pide que las administraciones actúen y acaben con este «abandono».
La bajada de los precios a los que la industria paga la leche es una de las piezas del complicado puzzle. «Pasamos de cobrar 78 de las antiguas pesetas el año pasado a 62,55 ahora y así no se puede mantener una explotación», explica el ganadero de Anzas, que tiene 150 vacas. Francisco Javier Rodríguez, que como José Álvarez tiene una cuota láctea que supera el millón de litros, apunta que ahora «los que aguantan por el sector son los que tienen más de 50 años» y muchos jóvenes se marchan de los pueblos. «Es un futuro absolutamente negro. Nos sentimos despreciados», recalca el ganadero. «Vamos a cerrar uno detrás de otro», asegura José Álvarez mientras contempla el premio concedido en 2004 en un certamen celebrado en Bruselas a una de sus vacas.